Sí, es verdad. "El amor no es relleno para el vacío de la soledad." Y nunca puede serlo, porque se necesitan mutuamente. El amor -léase siempre también "amistad"- se acerca a la soledad con delicadeza, la toma con manos suaves para limar las aristas de la amargura y hacerla más humana. La soledad, por su parte, le recuerda al amor su dignidad: que no está hecho para este mundo, que el tiempo y el amor se contradicen, pues sus ansias son eternas. Ese resquicio, inaccesible, de la soledad es un apertura a la trascendencia.
Innsbruck 28 - El Jardín Botánico - ¿prohibido prohibir?
Hace 13 horas
Cuánto me gusta esta serie. Muchas gracias, ¡un abrazo!
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