domingo, 27 de noviembre de 2011

Todo comenzó en Fiume...


Acabo de terminar “Verde agua” con una honda impresión. Las palabras de Marisa Madieri me han ido calando con una sutileza inusitada. Una obra escrita con maestría, en la que se vislumbra un gran profundidad en muy pocas líneas. Dice muchísimo con muy poco, eso sí que es finura. A veces sólo una alusión, casi accidental (se pensaría), resulta desgarradora. Y a veces son los silencios, maravillosos, los que le dan más elocuencia a sus recuerdos.
Cabría extraer muchas frases magistrales, pero aquí perderían su encanto. En realidad había pensado escribir esta entrada acerca de lo conmovedoras que me habían resultado las palabras con las que concluye los dos pequeños párrafos en los que narra la enfermedad de su madre, pero al transcribirlas parecían una frase sin más, casi hecha, mientras que al leerlas en su conjunto tuve que gritar en mi interior: ¡touché!
Así que bueno, aquí las dejo, aún sabiendo que pierden gran parte de su encanto, simplemente como una viva recomendación para quienes aún no lo han leído: “La realidad, también la más terrible, parece a veces un plagio de célebres páginas literarias”. Un pequeño libro, que en su brevedad, es una verdadera joya.

Post scriptum: Luis Daniel González, en una reseña de Marisa Madieri, concluye con una frase de Chesterton que le viene al pelo y que me permito robar: «como decía Chesterton en uno sus ensayos, el arte no está en dilatar, en ensanchar, sino en recortar, porque "no se pueden representar ideas muy grandes sino en espacios muy pequeños"».

2 comentarios:

  1. Tenía muchas ganas de leerlo y, ahora, más. ¿Sabes que es el libro proferido de Teresa Calvo?

    P.D. ¿Has leído a Borges?
    Tenemos que hablar...

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  2. Con Borges tengo una cita muy pendiente. De hecho, siempre he sabido que nuestros caminos se unirán en algún momento. Pero creo que aún no nos ha llegado el momento.
    Hablaremos...

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