viernes, 18 de mayo de 2012

Punto final

Esto es todo, amigos. Se acabó. Ya está. El último examen de la carrera. ¿Y ahora? Sólo sé que no sé nada. O mejor, sólo sé que no cenaba. La filosofía da para comer, nadie lo niega. Pero, lo hemos sabido siempre, no llega para cenar. Y aquí estoy. Otra vez al comienzo, aunque con ojos nuevos. Sin cena, con un futuro incierto... y la certeza —que vale el oro que no tengo— de que, con creces, ha merecido la pena. Todo lo demás vendrá por añadidura.

7 comentarios:

  1. Antes de que os abalancéis sobre mí con disquisiciones filosóficas de por qué un punto y coma no es el mejor signo de puntuación para expresar la situación del Duque, os digo que era una broma. ¡Enhorabuena, Marcela! (El 6 de julio no puede estar más lejos...)

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  2. Gracias, Leti. Encima, estás hablando con la última generación de filósofos licenciados. La próximas generaciones son menos "puras". ¿Tú también eres la última generación?

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  3. No, yo soy la penúltima. Las próximas generaciones van a tener muy buen expediente y muy poca idea...

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