Esto es todo, amigos. Se acabó. Ya está. El último examen de la carrera. ¿Y ahora? Sólo sé que no sé nada. O mejor, sólo sé que no cenaba. La filosofía da para comer, nadie lo niega. Pero, lo hemos sabido siempre, no llega para cenar. Y aquí estoy. Otra vez al comienzo, aunque con ojos nuevos. Sin cena, con un futuro incierto... y la certeza —que vale el oro que no tengo— de que, con creces, ha merecido la pena. Todo lo demás vendrá por añadidura.
Primeros fríos. Claudio Rodríguez
Hace 21 horas
¿Punto y seguido?
ResponderEliminarMejor, punto y aparte.
ResponderEliminarSí...
ResponderEliminar¿Por qué no punto y coma?
ResponderEliminarAntes de que os abalancéis sobre mí con disquisiciones filosóficas de por qué un punto y coma no es el mejor signo de puntuación para expresar la situación del Duque, os digo que era una broma. ¡Enhorabuena, Marcela! (El 6 de julio no puede estar más lejos...)
ResponderEliminarGracias, Leti. Encima, estás hablando con la última generación de filósofos licenciados. La próximas generaciones son menos "puras". ¿Tú también eres la última generación?
ResponderEliminarNo, yo soy la penúltima. Las próximas generaciones van a tener muy buen expediente y muy poca idea...
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