Muchas veces he querido escribir aquí sobre Colombia, pero no sé por qué aún no lo he hecho. Supongo que en parte es por lo mucho que para mí este nombre encierra: mi patria. Y es que gran parte yo soy Colombia, por más cursi que esto suene. La realidad de Colombia es mi realidad, sus sufrimientos y triunfos son míos. Por eso me duele cuando se habla mal de ella, cuando desde fuera se juzga su realidad, cuando se mira como un país tercermundista que vive en un guerra constante (que, por ahí derecho, es igual a Ecuador, El Salvador, Nicaragua, como muchas personas del viejo continente piensan). No me duele porque piense que no es así, sino porque Colombia me ha dado mi lengua, mi familia, mis tradiciones, mi realidad y mi modo de enfrentarla.
Quizá algún día hable algo más de la actualidad colombiana, de su gente y todo lo que hay por ver (y lo que hay que ver). Hoy sólo quería resarcir de algún modo mi culpa, pues por despiste no he podido votar en las elecciones y ejercer semejante deber ciudadano. Así, también aprovecho para reivindicar mi nacionalidad, decir que me siento orgullosa de ella, a pesar que ante los ojos del mundo llevar un pasaporte como el mío supone más cruz e infamia que cualquier otra cosa (lo sé en carne propia: soy extranjera); a pesar de que en momentos como estos, cuando estamos en plenas elecciones, sólo veo confusión en el frente; a pesar de las FARC, los secuestros y la pobreza; a pesar de tener que sonreir, escuchar y callarme después de que digo, con el famoso "orgullo paisa", que soy de Medellín. A pesar de los pesares. Y en el fondo, como siempre, ser piedra de escándalo tiene sus ventajas, o si no preguntádselo a san Pablo. ¡Qué viva Colombia!
Marce... no creo que exista como tal una "patria", de hecho en ese territorio que llaman Colombia hay gran multiplicidad de culturas, tanto que cuando llego a Bogotá desde Medellín me siento en otro país. Marce, ser de Medellín es el mayor orgullo del mundo, a finales del Siglo XIX y principios del siglo XX en una zona árida, ya sin el oro que se robaron los españoles, y el arrierismo y la colonización antioqueña con el modelo de minifundios o tierras pequeñas para familias... son lo más parecido al distributismo de Chesterton. Piensa que Antioquia aún conserva el catolicismo más fuerte del mundo, un amor a la familia... Eso no es motivo de verguenza sino más bien de orgullo.
ResponderEliminarSobre Colombia te digo, las FARC son terribles, pero violencia, secuestros y pobreza hay en todo el mundo... ¿dónde quedan los etarras?
Marce querida, ya te estabas demorando en escribir sobre Colombia.... deberías hacerlo con tu acento paisa... ya veo que estás muy española! jaja
ResponderEliminarun abrazo grande para tí!
Daniel, yo sí que creo que exista una patria. De hecho, las grandes diferencias entre Medellín y Bogotá, por ejemplo, lo confirman. En contraste con un país tan "dividido" como lo es España, en donde hay mucho nacionalismo e indepentismo por parte de algunas comunidades, pienso que en Colombia sí que hay un gran sentimiento patriótico. Al menos por mi parte, mientras más orgullo de Medellín tengo, más colombiana me siento. Aquí parece que sucede lo contrario.
ResponderEliminarTienes razón con lo del "orgullo paisa".. La pena es que eso lo sabemos tú y yo, pero lamentablemente eso no es lo que está en el imaginario de los extranjeros cuando pronuncias "Medellín", que parece ir unido irremediablemente al narcotráfico, la violencia, etc, etc.
Marce, me sorprende que después de más de un año en España tengas esa visión de nosotros los extranjeros (vamos, los que no somos de Colombia). Aunque sepa de la existencia de las FARC, no es en lo primero que pienso cuando me dicen la palabra Colombia. De hecho, pienso antes en el café y, ahora que tengo el placer de conocer a unas cuantas colombianas, pienso también en vosotras.
ResponderEliminarEn cuanto a la división de España, lamento decirte que vives en un sitio poco representativo, donde sacar una bandera de España puede ser motivo, cuando menos, de una discusión fuerte. Pero no hace falta ir sacando banderitas para amar a la patria, ni ir por ahí gritando ¡viva España! (no somos Estados Unidos). De todas maneras, si pudieras viajar más e ir al sur, por ejemplo, verías una España muy distinta, mucho más "española", o lo que los extranjeros consideráis que debería ser España.
Marce, como española, digo (sin tener el gusto de conocer tu país): "que viva Colombia por su gente y su café".
ResponderEliminarBaarry, creo que tienes razón. A lo mejor me he dejado llevar por una visión un poco pesimista. Es el tinte que a veces trae consigo la nostalgia. Aunque también es cierto que varias veces me ha pasado, más que con Colombia, con Medellín, que al mentarla viene un comentario sobre el narcotráfico o algo parecido. Eso sí, no es tan generalizado como puede haber quedado plasmado en la entrada.
ResponderEliminarLo de la división de España, lo digo por lo que sé. Y por lo que he vivido, aunque reconozco que una visión muy parcial. En todo caso, hace un tiempo leí en un blog (http://miantrodps.blogspot.com/2010/03/de-banderas.html) cómo en Sevilla, también estaba presente de algún modo la cuestión de las banderas.
Marce ¿Qué entiendes por "Patria"?
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