No sé cuánto tiempo estuvimos escuchando a Marlow, pero en el Nellie fuimos testigos de una confesión que se nos grabó muy hondo. ¡Quién pudiera entrar en el corazón de un hombre! Oímos su narración como se oyen las primeras voces después de un profundo sueño, como se escucha una conversación lejana mientras se está en duermevela. La suya era una historia que tiene por protagonista el alma humana, una mezcla de surrealismo y la realidad más cruda, que se unieron para cubrir de niebla y silencio el bergantín en el que nos encontrábamos, hasta calar cada uno de nuestros huesos. ¡Quién pudiera contar historias como las del viejo Marlow! Otro de los tripulantes que conmigo escuchaba a Marlow decía de su peculiar estilo narrativo que "para él la importancia de un relato no estaba dentro de la nuez sino fuera, envolviendo la anécdota de la misma manera que el resplandor circunda la luz, a semejanza de uno de esos halos neblinosos que a veces se hacen visibles por la iluminación espectral de la claridad".
Con Marlow emprendí muchos viajes, pero el más misterioso, el más profundo, el más oscuro, quizá, fue aquel que me llevó a las orillas de ese abismo que es el alma humana. Este viejo lobo de mar había navegado hasta el corazón de las tinieblas: la selva congoleña que fue partícipe del vacío de un hombre que se enfrenta él solo con la muerte, con los puños cerrados a su ambición y egoísmo. Marlow supo mirar en el interior de un hombre y cargar sobre sus hombros el peso de una vida vivida en torno al propio yo. No sé qué fue lo que vio, pero sus palabras repartían luz y oscuridad. A nosotros nos llenó de una cierta oscuridad que nos oprimía el alma, pero sé que, para él, esa confesión era luz, luz que alumbraba su alma, que le condujo a esa alta cumbre que es el conocimiento del yo. ¡Quién se atrevería a emprender ese viaje, que exige más valor, más audacia, que lleva hasta los arcanos repliegues de la humanidad, tan noble y tan mezquina a la vez!
Al principio, no he podido evitarlo, me ha recordado a Lost... luego he pensado que sería tuyo, pero dudo de si lo has sacado de algún sitio.
ResponderEliminar¿Habrá continuidad en la historia de este viaje?
Magnífica entrada. ¡Quien pudiera escribir la reseña de un libro o hacer un comentario resaltando lo que el autor hubiera dicho!
ResponderEliminarComo no he leído nada todavía de Joseph Conrad, he buscado en la wiki picado de curiosidad. Esto dice: "Marlow es el narrador por antonomasia, una voz envolvente que nunca deja de llamarnos la atención, de apelarnos directamente, y que nos mantiene a la escucha en permanente tensión. Se trata de una figura recurrente en la ficción de Joseph Conrad, que personifica sus experiencias como marino y viajero".
Raquel, no estás muy lejos... Al fin y al cabo también en Lost sale lo mejor y lo peor de cada uno (con los flashbacks también, claro).
ResponderEliminarLo que escribí es mío, con ocasión del libro que me acabo de terminar: El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad. ¡Muy recomendable! Así que esta historia empieza donde aquella terminó, aunque en realidad no añade nada nuevo.
Nicolás, tendrías que leer a Conrad. Aunque tampoco tengo mucha experiencia pues sólo he leído este libro. Probablemente te gustará. Wikipedia acierta perfectamente al describir la narración de Marlow: te envuelve, es algo casi físico. Es como si lo escucharas realmente, como si sintieras con él.
ResponderEliminarEste verano, en algún momento, creo que también leeré Lord Jim. Ojalá sea igual de cautivador.