viernes, 11 de junio de 2010

Dos corazones


Hay una pregunta constante, que muchas veces sale en lo que escribo: ¿Qué se esconde en el corazón de un hombre? Hoy y mañana se unen dos fiestas, que me hacen preguntarme: ¡¿Qué se enconde en el corazón de Dios?!, ¡¿qué guardaba -y ponderaba- la María en el suyo?!
No hay nada más traicionero que el corazón, nada más complejo, ni más noble, ni más profundo. Sólo un corazón lo suficientemente grande puede hacerse cargo de todo lo que encierra un pobre y diminuto corazón. Jeremías, como yo, también se sorprendía de esto: ¡Todo un Dios interesado en nuestras pequeñeces! ¡Nuestra poquedad, por más pobre que sea, sólo puede ser comprendida por todo un Dios!

"Ahora tú, Señor de los ejércitos, justo juez, que sondeas lo más íntimo del corazón..." (Jrm. 11, 20)

"... conoces lo más profundo de los corazones" (Jrm. 20, 12)

"El corazón del hombre es la cosa más traicionera y difícil de curar. ¿Quién lo podrá entender? Yo, el Señor, sondeo la mente y penetro el corazón para dar a cada uno según sus acciones, según el fruto de sus obras" (Jrm. 17, 9-10)

Y nosotros, pobres y pequeños, vivimos con la esperanza, rica e inconmensurable, de conocer algún día el corazón de Dios; con el propósito de ponderar, desde ahora, como María, todas sus
maravillas en el nuestro.

3 comentarios:

  1. Hoy celebramos la solemnidad del Corazón Sacratísimo y Misericordioso de Jesús, corazón de un Hombre que es Dios. Que no esconde nada, antes bien nos manifiesta todo, los insondables tesoros de su Amor.
    Mañana celebraremos el Corazón Dulcísimo de María, una mujer enamorada de Dios.
    Si nos decidiéramos a imitar el ejemplo de estos dos corazones mejorarían muchas cosas.

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  2. Linda entrada Mars :) me has dejado pensando!

    Un abrazo desde el silencio my friend :)

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  3. Sólo Dios puede entender nuestro corazón, pero me parece que no siempre es traicionero. Creo que la razón otorga lucidez, pero el corazón guarda cosas mucho más preciosas que la mente. Cuidarlo es todo un arte que se va perfeccionando en la medida que la confianza en Ese que lo guarda junto con el suyo, va creciendo hasta limpiar el músculo más complejo de todos.
    Eso creo...

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