lunes, 24 de mayo de 2010
El corazón de las tinieblas
sábado, 15 de mayo de 2010
La geometría de la historia
Hasta ahora el examen que peor me ha salido ha sido el de Psicología. No es de extrañar: Esta es sólo una de las cosas que se me ocurrieron mientras estudiaba. Bastó con leer una fecha, 1856-1939 (Freud), para que miles de imágenes de lo que ha sucedido en esos años se me vinieran a la mente y, como estaba estudiando en la biblioteca de Ciencias, salió mi yo científico y esto fue lo que pensé:
Dibuja un línea recta horizontal muy larga. Escribe al lado "Historia de la Filosofía" y traza líneas perpendiculares sobre la línea original, lo suficientemente pequeñas como para que sobresalgan sólo un poco por encima y por debajo de dicha recta. Escoge varias fechas importantes de la Historia de la Filosofía y encima o debajo de cada una de ellas escribe una fecha, ordenadas del siguiente modo: x, y, z. Después realiza el mismo procedimiento, tomando como recta original la anterior y siguiendo los mismos pasos señalados. Escribe esta vez "Historia de las Ciencias Biológicas".
miércoles, 5 de mayo de 2010
Reflexiones en mi vigésimo aniversario
Cuando Bertrand Russell cumplió ochenta años escribió sus "Reflexiones en mi octogésimo aniversario", que resultan conmovedoras viniendo de un anciano. Yo, a mis veinte años, ¿qué puedo decir? Cualquier cosa resultaría un poco pedante y, probablemente, moralizante. A esta edad, aunque a veces me cueste aceptarlo, aún se sabe poco de la vida. Sin embargo es un aniversario redondo, el primero del que tengo verdadera conciencia, y en cierta medida supone un cambio. "Veinte" es el número de la juventud, o al menos eso dicen las canciones. Cuando un hombre se hace mayor, habla de los veinte años con añoranza, como la época en que tenía el mundo en sus manos, el estado de radical apertura, el momento de las grandes decisiones, las grandes acciones, el tiempo de la esperanza y del ahora, de la plenitud, etc, etc. No quiero pensar demasiado en ello, porque hacerlo es como si envejeciera repentinamente y empezara a pensar en el hoy con cierta nostalgia, como si se me fuera de las manos y no lo supiera aprovechar al máximo. En realidad sólo quería dejar constancia de este cumpleaños (porque los blogs, entre otras cosas, son una especie de memorias perdidas en la infinitud del mundo cibernético), para que cuando tenga ochenta años pueda recordar los veinte, sin nostalgia. Para que no pueda decir que los veinte se me fueron sin notarlo, sin sacarle el máximo partido, inconsciente de la vida. Lo sé: hoy tengo veinte años y sólo dos reflexiones, una por cada década. La primera mira hacia atrás y coge impulso para mirar al futuro; la segunda empieza hoy para que siga mañana: (1) Nunca ha sido el momento perfecto para eso que siempre esperamos y nunca lo será, (2) lo mejor que se puede hacer a los veinte años es vivirlos.
Post scriptum: La mejor canción de cumpleaños la escribió Bob Dylan, Forever Young, y me he encontrado con que recientemente han hecho este vídeo animado. ¡Excelente! Así que mi tercera reflexión está allí contenida y en palabras de una gran persona que conozco vendría siendo algo así como: "seguir acumulando juventud".