Kant comienza la Crítica de la Razón Pura con las siguientes palabras: "DE NOBIS IPSIS SILEMUS", sobre nosotros mismos callaremos.
Antes de empezar a estudiar la carrera, frente al temor de que la Filosofía acrecentera mis "crisis", de que me encerrara más en mis pensamientos, pensé que este tenía que ser mi lema: sobre mí, callar; problematizar la realidad, no mis complicaciones (que no son más que pseudo-problemas).
Ahora, "nel mezzo de cammin di nostra vita", cuando ya he pasado el Ecuador más una cuarta parte, veo ese lema por los suelos, "mi ritrovai per una selva oscura/hé la diritta via era smarrita". No porque lo haya olvidado, en realidad me acuerdo con mucha frecuencia, sino porque no he sabido encarnarlo (heme aquí, hablando, una vez más, de mí).
Hace un par de semanas pensaba que voy dejando mi vida a trozos por ahí, constantemente, constantemente, constantemente, en el blog, en mi agenda, en mi diario (que no es diario), en folios en sucio durante las clases, en mis mails, conversaciones y cartas. Yo-yo-yo.
¿Y la Filosofía? Creo que la he traicionado. No sé si alguna vez he tenido una discusión auténticamente filosófica, sin hablar de mí, sin tirar de mis trastos.
A mitad del camino de mi travesía, en medio del mar donde sólo hay horizonte, se cierne una niebla que no me deja ver tierra. Y las palabras de Kant resuenan constantemente a mis espaldas: "De nobis ipsis silemus". ¿Y si, por fin, dejara de ser un lema y se conviertiera en un "modus vivendi"? ¿...Y si callara...?
No, no te calles. Da gusto oírte. Tú hablas de ti, pero yo lo pienso en mí. No hay egoísmo.
ResponderEliminarMarce... 1. Kant es bastante contradictorio, sobre todo porque esa frase como que no cuadra con su "giro copernicano". 2. ¿Qué importa que hables de ti? ¿Acaso no haces también parte de la realidad? ¿Acaso tu experiencia no vale?
ResponderEliminarPiensa ¿acaso hay filosofía sin sujeto, ciencia sin científicos?
Enrique, gracias por el comentario, tan esperanzador, cuando surge la tentación de tomarse demasiado en serio la "vanitas".
ResponderEliminarMarce, lo siento.. el colegio dejó un rayón en mí, yo leo el nombre Kant y suenan varias neuronas explotando...
ResponderEliminarUn abrazoo!
Eso de no hablar de sí mismo es solamente una apariencia. Según la Retórica aristotélica, todo mensaje es tripartito: Logos (lo que se dice) Ethos (Lo que el mensaje pone de manifiesto del que lo dice) Pathos (lo que el mensaje pone de manifiesto sobre cómo el hablante ve al que le escucha). Nosotros mismos elegimos los términos y nunca habría dos personas que expresarían el mismo mensaje exactamente con las mismas palabras. Y además siempre damos por sentado que el que escucha o lee tiene ciertos prejuicios. Si digo "Fulano debe ser español, pues ha nacido en Canarias" doy por sentado que quien me escucha sabe que Canarias pertenece a España. Estos supuesto se llaman entimemas y hacen posible la argumentación incompleta, sabiendo cómo piensa el otro. Si digo "Fulano es Finlandés, pues nacio en Åland" estoy dando a entender algo que quizá el otro no sabía: Åland es una isla que pertenece a Finlandia, aun cuando su lengua es sueca.
ResponderEliminarLa pretensión de objetividad absoluta es una farsa. En este mundo traidor nada es verdad ni es mentira, sino todo es del color del cristal con que se mira.
Da gusto oirte, como bien dice Enrique, por lo que en este caso no te debe apurar cambiar el "De nobis ipsis silemus" por "De nobis ipsis loquere". No tengo más bagaje filosófico que el del antiguo -y exigente- Bachillerato, pero también escribió Kant algo que a mí me gustaba mucho: dos cosas hay que conmueven mi ánimo con admiración siempre nueva y creciente: el cielo estrellado sobre mi frente y la ley moral en mí. Yo creo que estaba hablando de sí mismo. Tampoco está mal hablar de uno mismo con moderación y buen juicio
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