viernes, 15 de junio de 2012

(Un paréntesis)


No quiero echar piedras sobre mi propio tejado, pero seguro que vosotros mismos lo veis: El blog está de capa caída. Una muestra de ello es que nadie me lo haya dicho. ¿Hay alguien ahí?
Es normal, me digo, esto de las crisis. Y si encima estudias Filosofía, me dicen, cuenta con esas crisis son permanentes. Siempre pasa lo mismo cada final de curso. Incluso el esplendoroso año pasado, en diálogo y reflexión, llegó a un momento de silencio, que luego fue nuevamente superado y, sí, también este año ha habido alguna entrada que realmente he disfrutado, que me ha acompañado en esta tarea de descifrar el mundo que me rodea. Y sin embargo, una vez más, creo que lo que necesito es un poco de silencio. Ese silencio del que hablaba AnaCó en su blog, citando a Ortega: "La condición más fuerte para que alguien consiga decir algo es que sea capaz de silenciar todo lo demás." Quizá sea eso, no lo sé. No es cuestión de hacer un diagnóstico. Pero se acaba una etapa y comienza una totalmente incierta e inesperada. Una aventura para lo que se tienen alforjas preparadas.
Es el momento de emprender, ahora sí, los caminos de la filosofía, que se abren también en otras tierras. El filósofo debe volver a la caverna y sacar de allí a sus antiguos compañeros de cautiverio. Aunque quieran matarlo, como apostilla Platón. Mi vuelta a la caverna será menos heroica. Pero quizá más auténticamente filosófica: la humildad y la filosofía tienen que ir de la mano. Así que es tiempo de humildad, aunque decirlo sea casi un contrasentido. Tiempo de crecer interiormente. Tiempo de un paréntesis, es decir, de matices, apostillas, aclaraciones. Los paréntesis se dicen en voz baja, son un susurro, tal como debería ser toda la filosofía (cfr). Casi un silencio (de hecho hay quienes se los saltan), un silencio vivo, como el de Dios, diría Ramón Gaya. Silencio para escuchar la forja del rocío en la secreta fragua (sigo hablando con palabras prestadas)... Silencio, como este del que habla Enrique en esta décima, que le agradezco sinceramente y que me atrevo a copiar aquí.

Tanto verso abandonado
al olvido y su temblor.
Tanta lucha para y por
que el tiempo quede atrapado.
Tanto copiar al dictado
la vida y su abecedario.
Hoy quisiera en mi diario
decir con melancolía
que el silencio es poesía
y los versos lo contrario.

11 comentarios:

  1. Hola,
    Respetamos (sí, me atrevo a hablar de todos tus seguidores) que necesites silencio. Pero no nos eches en cara que no te avisamos de que el blog va de capa caída, porque es que no lo pensamos!!!
    Tal cómo se dijo en Kalon: ¿qué es más importante la cantidad o la calidad? Y tu blog es una respuesta en cada post: una respuesta trabajada laboriosamente y que nos trae un poco más de luz a los que sí que andamos precipitados por la vida...
    Te diré (aquí sí que me atrevo a hacerlo en singular) que la vida en sí misma es una aventura, que ha cogido la manía de no preguntar si uno está dispuesto, ¡y qué buena manía! Me parece que es la única forma de no quedarse cazando leones en los pasillos, o en el desván del colegio leyendo "La Historia interminable"... La vida nos enfrenta a nosotros mismos para recordarnos que es NUESTRA VIDA, y dejemos de "actuar" como espectadores para "observar" como actores.
    Te deseo lo mejor (que expresión tan horrorosa) en la nueva etapa que comienzas. Y no te borraré de la lista de blogs que leo esperando tu vuelta, Duque de Camelot. Además, fuisteis Vos (entre otros) los que me animaron en la aventura de saltar a la blogosesfera..., así que considera que mi blog es un tributo.
    Saludos

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  2. Después de todo lo dicho por Ununcuadio, poco me queda a mí que decir. Suscribo especialmente lo de la laboriosidad en cada entrada: sabemos el esfuerzo que hay detrás de unas palabras bien escritas, aunque sean pocas.

    Guarda todo el silencio que necesites, que los silencios también dicen mucho (aprovecho para pedir a Ununcuadio que respete también mi silencio en cuanto a arañas se refiere, y deje que me exprese en otros temas también de mi gusto).

    Para lo que quieras, sabes adónde acudir, y la biblioteca de Sir Lancelot estará siempre disponible para ti (te puedes enorgullecer de que han creado un blog pensando sobre todo en ti, y a tu gusto).

    ¡Ánimo en la caverna!

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  3. Que te echamos de menos, quienes por aca pasamos, en busca de encontrar muy buenos escritos como nos acostumbraste, no por callarlo es menos cierto.
    De acuerdo con Anuncuandio, a prposito no entiendo lo horroroso de desear lo mejor.
    Te admiro por lo que eres y por lo que escribes

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    1. Es simplemente que es una frase típica que viene a no decir nada..., que se ha vaciado de contenido de tanto usarla y que puede tener connotaciones un poco horteras. Y a la gente del Norte de Spain nos cuesta manifestar lo que llevamos por dentro... Pero en este caso, como el Duque se nos va lejos, ¡al cuerno con las frases típicas y con no manifestar que nos da pena!

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  4. Ununacuadio y Leti:
    En realidad, lo mejor del blog, la verdadera y suficiente razón para no cerrar un blog es el diálogo que establece... De aquí a World Erlenmeyer pasando por la Biblioteca de sir Lancelot.
    Por cierto, Baarry, más que enorgullecerme me honra, o mejor, me alegra, por lo mucho que sacaré de allí: ¡Nada mejor que una buena biblioteca! (Encima, no conozco aún ninguna con terraza, chimenea y un leído escudero, con quien se pueda hablar siempre: el paraíso del que hablaba Borges, sin duda).

    Ununcuadio, ¡gracias! Y... you're right. No es simplemente una nueva aventura. Más bien la aventura continúa.

    Y bueno, lo del silencio es relativo. Por suerte tengo vuestros blogs. Así que más bien me mudo a vuestros reinos. Allí seguimos comentando. ;)

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  5. No sé cómo decirlo... lo diré en paréntesis...

    (que aunque te siga leyendo te echaré de menos)

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  6. Marce, hazme un favor; escribe más, porque tus admiradores sufrimos cuando entramos esperanzados en el blog y descubrimos que no has publicado nada nuevo.

    ¡Un saludo desde Dublín!

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  7. ¡Por supuesto que hay alguien!y, al menos yo, espero con ansias tus entradas. Pero, en época de cambios, el silencio casi se impone y es bueno hacer de la necesidad virtud. Así que silencio, el que necesites, pero ¡espero que no por mucho tiempo!
    Un abrazo!

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  8. ¡Yo estoy por aquí todavía! (Sí, manifestándome cuando te quejas del silencio, aunque la verdad nunca dejo de leer lo que ppublicas)

    Hablando de blogs en caída, ando en proceso de resusita a la Media Verónica, si quieres pasarte por allí y contarme qué tal te parece.

    Por cierto, felicidades querida filósofa :)

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  9. ¡CÓMO ASÍ QUE NO HAS VUELTO A PUBLICAR NADA, CULICAGADA! (NÓTESE LAS MAYÚSCULAS!)

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