Es imposible ver esto sin querer hacer algo por los demás. Ya sólo por eso, vale la pena ver el vídeo (además de escuchar la canción). Luego, lo difícil es acordarse —que es siempre una cuestión de amor— y vivir con una mirada atenta, centrada en los otros. En realidad, es mucho lo que se puede hacer (¡gratuitamente!) por los demás. Lo sé por experiencia. Es fascinante cómo puede cambiar un día gracias a la sonrisa de un completo desconocido.
Ya sé que es esto es un poco típico y habrá muchos vídeos por el estilo, pero bueno, nunca está de más fomentar la esperanza, la fe y la caridad, que son virtudes teologales. Basta con tomarse esta condición de ser-para-los-demás un poco más en serio.
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